Los investigadores modificaron los cuerpos de cucarachas gigantes de Madagascar con unos implantes cibernéticos para controlar a los insectos mediante una estimulación eléctrica de sus antenas. Concretamente se trata de electrodos, una antena de chip, una batería y un píxel que, colocado en la espalda de la cucaracha, puede usarse como pantalla. La ventaja que presentan las cucarachas es que pueden desplazarse por las paredes y meterse en lugares recónditos a los que otros robots no pueden acceder.
Un enjambre de estas cucarachas puede transportar objetos o hacer dibujos sobre papel y realizar tareas. En caso de no necesitar más su asistencia, el dueño puede apagar su sistema de control. «En el futuro [las cucarachas cíborg] aparecerán de la nada sin que las veamos, harán su trabajo y después se esconderán», afirma el equipo investigador del proyecto.