USB incrustados en las paredes

Creada en 2010 por el artista alemán Aram Bartholl, los USB Dead Drops se han expandido por numerosos lugares alrededor del planeta. Estos dispositivos, incrustados en las paredes de las ciudades, permiten a los usuarios acceder a determinada información de forma gratuita y sin necesidad de conexión a Internet.

La instalación de un punto USB Dead Drop es sencillo: se compra una memoria flash, se prepara y se incrusta en el hueco de alguna pared. Después se sella con cemento o algún tipo de masilla de secado rápido, dejando solo el puerto USB al descubierto. Luego, ese punto se registra en la web oficial con los detalles técnicos de esa memoria y las coordenadas que permitirá localizarlos.

Con tan solo conectar algún dispositivo portátil al puerto USB instalado en la pared, los usuarios pueden descargar archivos con información interesante o, en cambio, dejar los suyos para que otros los descubran. Una especie de “biblioteca pública digital” que, pese a su creciente popularidad, plantea serios riesgos de seguridad.

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